Guillermo de Foucault: Pasajes de un relato imposible
John Berger afirmaba que la creación de una imagen comienza por interrogar lo que vemos y hacer ciertas marcas. Dibujar entonces no es solo disponer sobre el papel, sino también recibir y conocer con la mano, de manera que cada registro contenga toda una experiencia vital que, además, sea susceptible de simultanearse con otras.
Entre el ensayo visual y el cuaderno de apuntes, Guillermo de Foucault estructura sus dibujos como lugares donde coexiste y dialoga toda una constelación de imágenes acompañadas de anotaciones escritas. Esta puesta en escena sirve de punto de partida a una serie de reflexiones sobre la práctica artística, salpicada de notas de humor, donde cada fragmento, con su propia naturaleza, perspectiva y traducción gráfica, convive con el resto en un espacio indefinido, sin pretensiones de componer un diario o una narrativa lineal. Los dibujos simplemente aparecen, como pasajes de un relato imposible, jalonado de notas digresivas, escenas discontinuas y asociaciones libres, con las que el artista traduce el flujo entre su propia subjetividad y el mundo exterior. El resultado son pequeños extractos que representan una combinatoria de experiencias, impresiones, paisajes, figuras, referencias artísticas, observaciones e ideas interconectadas en una atractiva y extraña miscelánea, donde las formas adquieren sentido como parte de un mismo conjunto, es decir, una agrupación de elementos con una propiedad común.